Por el Gringo Ceballos
Especial para NOTICIAS DEL ESTERO
¿Es fácil armar un equipo con 20 jugadores nuevos? No. ¿Sabía Balbo en lo que se metía? Sí. ¿Tiene tiempo para lograr un cierto funcionamiento? No. ¿Podrá lograrlo? Veremos. Es complejo responder esto último cuando hay pocos argumentos en los cuales aferrarse, ya que en 3 partidos el equipo no demostró prácticamente nada. Sin puntos, sin goles y sin funcionamiento. La derrota ante Platense deja un futuro marrón y bastante oscuro.
Tantas modificaciones en el sistema como en los nombres tienen dos interpretaciones: el entrenador está probando partido a partido hasta encontrar algo que lo satisfaga o entró en una nebulosa de confusión de la que no encuentra salida. Aparece Miloc de titular y como defensor, Kalinsky de entrada y como capitán, Atencio va desde el arranque con una parsimonia exasperante, Nuss sigue jugando a los autitos chocadores, Morales nadando en un mar de intrascendencia, García con nulos méritos para continuar entre los 11 y así podemos seguir hasta el hartazgo.
Si Mhering fue lo mejorcito del equipo significa que tuvo mucho trabajo y que el rival mereció más. Y eso pasó en Vicente López. Tras un primer tiempo anodino y con leve superioridad del local, en el complemento el Marrón se lo llevó puesto hasta que consiguió el gol. Tras ello se dedicó a defenderse ante un inexpresivo Ferroviario. Como en esos torneos de barrio, Central fue un equipo cuya única herramienta para ilusionarse con el empate era embocar una pelota parada, pero desde el juego no generó nada.
Era tal el desconcierto que en un momento Balbo puso a Minissale por Andueza (¿?). El resto de los que ingresaron no cambiaron la ecuación. El DT, fiel a su personalidad, está convencido que torcerá esta realidad, pero necesita tiempo para amalgamar a los jugadores que siguen llegando. Para oxigenarse deberá ganar un partido, sino el clima se tornará muy hostil.
Aparece Sarmiento de Junín en el horizonte y es probable que Balbo ponga a los que empezará a darle continuidad de aquí en más. No se puede ensayar eternamente. De lo que pase el sábado por la noche dependerá si el Ferroviario vive su propio carnaval o lo entierra antes de tiempo.