La participación en las elecciones de este domingo fue del 66% del padrón nacional, el nivel más bajo desde el retorno de la democracia. Esto significa que 12.235.796 argentinos decidieron no concurrir a las urnas, sobre un total de casi 36 millones de electores habilitados.
El ausentismo confirma una tendencia descendente observada en las elecciones provinciales de este año, donde en varios distritos la concurrencia no superó el 60%.
Analistas atribuyen el fenómeno al malestar social, la desconfianza hacia la clase política y la falta de expectativas de cambio, factores que reflejan una creciente desconexión entre la ciudadanía y la dirigencia.
Con este resultado, la Argentina enfrenta uno de los mayores desafíos democráticos de los últimos años: recuperar la participación y la confianza en el voto.
