El histórico músico santiagueño, integrante de Los Hermanos Ábalos, Víctor “Vitillo” Ábalos fue despedido este lunes con gran emoción de sus allegados y seguidores en el cementerio de la Chacarita de Buenos Aires.
El detalle más pintoresco de la despedida del artista santiagueño, se dio cuando un gran número de los presentes que acompañaban el cortejo fúnebre, comenzaron a tocar una importante cantidad de bombos en honor al artista.
El bombista, músico y bailarín fue despedido en una capilla y luego fue llevado al crematorio. Su esposa, nietos y familiares mostraron su emoción durante el recorrido.

Ábalos falleció el último sábado a los 97 años tras sufrir un cuadro de neumonía en el Sanatorio de la Providencia de Buenos Aires. Poco antes había sido operado en la cadera en el Sanatorio Güemes.
En 1938 fundó el histórico grupo con sus hermanos Machingo, Adolfo, Roberto y Machaco. Fueron los creadores y recopiladores de clásicos del cancionero popular como “Agitando pañuelos”, “Chacarera del rancho”, “Nostalgias santiagueñas”, “Carnavalito quebradeño”, “Zamba de los yuyos”, “El gatito de Tchaikovsky”, entre más.
Entre la nostalgia y lo nuevo
La historia le hizo un guiño y el bombisto volvió al escenario cordobés en 2011 como invitado de otro santiagueño, Raly Barrionuevo.
“No se puede amar lo que no se conoce”, aseguró a Télam Vitillo, cuando hace unos años fue consultado acerca de la indiferencia de parte del público contemporáneo a la inmensa tradición de los Hermanos Ábalos.
En su amplio recorrido, Vitillo cantó para dos papas, tomó parte de un videoclip junto a Roger Waters (Pink Floyd), de un ciclo televisivo en Japón junto a Los Beatles y Arthur Rubinstein, en 1966; y hasta tuvo la oportunidad de zapar con el trompetista Louis Armstrong en un bar de Manhattan durante la gira del grupo, en 1951.
Sus sobrinos nietos, el guitarrista Juan Gigena Ábalos (integrante de Ciro y Los Persas) y Josefina Zavalía Ábalos, impulsaron la idea del concretar un documental, “Abalos”, que lo tuvo como protagonista. El filme retrató la vida cotidiana de esta leyenda de la música argentina, dueño de una vocación musical incesante y de un espíritu joven. “Yo soy un viejo joven, por eso sigo trabajando”, señaló en una de sus últimas entrevistas Vitillo, quien trabajó ciertamente hasta lo último, e incluso borrando fronteras: fue invitado, por ejemplo, para el último disco de Attaque 77, “Triángulo de fuerza”.
Vitillo Ábalos fue velado el domingo, entre las 10 y las 22, en la Avenida Córdoba de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Tras la despedida, los restos del músico fueron trasladados este lunes al cementerio de la Chacarita.
Quedará el recuerdo de un hombre con porte de leyenda. “¿A qué piensa dedicarse cuando ya no toque más?”, le preguntó Clarín el año pasado. “¡A ser joven!”, contestó.
