Por el Gringo Ceballos
Especial para NOTICIAS DEL ESTERO
Central Córdoba cerró la fase regular del Torneo Clausura con un tercer empate consecutivo. El 1 a 1 ante Banfield no le garantiza definir de local en los Octavos de Final y deberá esperar los resultados de este lunes para saber quién será su rival y en dónde jugará. Un domingo que comenzó con la posibilidad de quedar en el segundo lugar del grupo, terminó ubicándolo en el 4° puesto y con riesgo de caer alguna posición más.
¿Era necesario poner una línea de 5 ante Banfield jugando en Santiago? Mas allá de los cambios obligados por lesiones, ¿Pillud de titular y Moyano en el banco? ¿Tan mal están Besozzi, Perelló o Barrera para que ninguno juegue de entrada? En fin, sorprendió De Felippe con la decisión del 11 inicial, como si fuera que el partido tenía una relevancia menor. Banfield no asustaba a nadie como para poner un equipo con tan poca toma de riesgo. En esa primera mitad Central careció de verticalidad, de sorpresa, de cambio de ritmo, fue tedioso en el traslado y muchas veces repleto de imprecisiones. En el cierre encontró el gol de Heredia, que castigó a un Taladro que necesitaba ganar, pero nunca lo demostró.
En el 2T ingresó Moyano por un Pillud, al que le cuesta el ritmo de los partidos. Troglio empezó a arriesgar con las variantes y los del Sur dejaron de ser tan timoratos. El abúlico Fúnez por Varaldo fue la opción que pensó De Felippe en el transcurso del complemento. Merecidamente llegó el empate de la visita aprovechando una siesta del fondo ferroviario tras una pelota parada. Cuando el DT se acordó de poner a Besozzi y Barrera ya era demasiado tarde. Sin embargo, el fútbol es tan impredecible que casi lo gana en el final con Casermeiro en las alturas.
El pitazo de Merlos dejó a un Banfield con las manos vacías (no aprovechó la derrota de Estudiantes) y a un Central Córdoba pendiente de los partidos que culminarán la fecha. El sabor agrio de la igualdad generó incertidumbre en la gente sobre si volverá a ver al Ferroviario en casa. Mientras usted lee estas líneas el rival es San Lorenzo en el Único. Pero los resultados que se den entre Belgrano-Unión y Barracas-Huracan pueden determinar que se deba enfrentar a Vélez en el Almafitani o quizás que River deba venir a Santiago. Habrá que esperar.
Ojalá haya De Felippe en el 2026 y no cabe duda que el agradecimiento será eterno por lo que logró con el conjunto santiagueño. Pero hay decisiones que cuestan entender. Lo mejor del equipo en el año se vio jugando con uno o dos velocistas por las bandas. Si bien es cierto que los jugadores con esas características que tiene el plantel no terminan bien muchas veces las jugadas, también lo es que el equipo hace más daño con ellos en cancha. Sin ellos Central es previsible y con una posesión inocua. ¿Por qué no volver a lo que alguna vez dio resultado? Lo viejo funciona.
