Durante las últimas semanas, cientos de árboles de la ciudad Capital y La Banda se vieron invadidos por pequeños gusanos que, lentamente, tejen redes casi invisibles al ojo humano que cobren las ejemplares causándoles graves daños.
Desde el Colegio de Graduados en Ciencias Forestales se refirieron a esta problemática y la catalogaron como un brote estacional de la plaga denominada “Mariposa Blanca de las Tevetias” causada por la especie Palpita flegia (Lepidoptera: Crambidae).
Como recomendación general, explicaron que “se debe realizar la poda sanitaria del follaje afectado y posterior destrucción del material vegetal para evitar la proliferación de la plaga, y hacerlo en cuanto aparecen los primeros síntomas, que son hojas aglutinadas, y secas en las ramas superiores”.
Según un informe presentado por las ingenieras forestales Liliana Diodato y Andrea Fuster del Instituto de Protección Vegetal (INPROVE) de la Facultad de Ciencias Forestales de la UNSE, en la Revista Biológica Tropical; esta plaga “daña el follaje tanto de plantas jóvenes como adultas. Como resultado de la alimentación de las larvas, la epidermis del haz de las hojas queda reducida a una lámina translucida, que con el tiempo se seca y se torna de un color castaño-amarillento. El follaje es dañado parcialmente o en su totalidad. Las larvas al alimentarse afectan principalmente las hojas y en ataques intensos pueden incluir también a los frutos. En los primeros estadios larvales, el daño es apenas perceptible, ya que no se alimentan de la epidermis superior y las hojas mantienen su coloración. El mayor daño lo causan las larvas de los últimos estadios. A medida que avanza el desarrollo de las larvas, el número de hojas dañadas y el área de alimentación aumenta y se observa la formación de estuches de hojas ligadas por hilos de seda. Una vez completado el ciclo biológico, el pie queda con el follaje totalmente seco”.
A esto agregaron que la poda del material infestado “debería realizarse a principios del otoño, cuando inician los vuelos los primeros adultos emergentes. La intensidad de la poda, será en concordancia con la severidad del daño. Cuando el daño comprende toda la copa del árbol, debería aplicarse una poda intensa”.
A continuación, el link para leer el informe completo realizado por las profesionales: https://revistas.ucr.ac.cr/index.php/rbt/article/view/31174
